Se trata de una cirugía muy sencilla que te permitirá reincorporarte a tu ritmo de vida habitual en 24 h, aproximadamente.
Consiste en realizar una pequeña incisión justo debajo del mentón, donde se introduce conjuntamente una fibra de luz láser y una cánula finísima de liposucción para aspirar el exceso de grasa.
Dado que la cánula que se introduce es muy fina, las incisiones son mínimas y los mínimos hematomas desaparecerán tan pronto baje la inflamación de la zona, de manera que las cicatrices serán prácticamente imperceptibles.
La novedad de esta técnica radica en que en el momento en el que se realiza la liposucción de la grasa de la papada, simultáneamente se está tratando la zona lipoaspirada con láser, lo cual hace retraer la epidermis, estimular el colágeno subcutáneo y coagular los vasos sanguíneos que sangran durante la operación.
La liposucción de papada se lleva a cabo de manera ambulatoria y, suele realizarse con anestesia local.
Una vez finalizada la operación, es frecuente que aparezcan pequeños hematomas e inflamación en la papada. Estos efectos posquirúrgicos no son molestos. El dolor es muy superficial y podrían tratarse perfectamente con analgésicos que te recomendará el cirujano.