18 Jul
EL BÓTOX REDUCE LA MIGRAÑA CRÓNICA
Todos tenemos el concepto que bótox se utiliza sólo en tratamientos estéticos para reducir las marcas de expresión. Recientemente, médicos españoles han descubierto que más allá de su uso puramente estético, la toxina botulínica tipo A (su nombre científico) tiene propiedades que mitigan los efectos de las migrañas crónicas, y no sólo de las migrañas, si no que también es beneficiosa para la incontinencia urinaria, el exceso de sudoración y el efecto cuello de pata de gallina.
La toxina botulínica actúa como un potente relajante muscular que inhibe las transmisiones neuronales y, si el músculo no recibe la señal que emite el nervio para que se tense, éste permanece inmóvil. De ahí que evite la creación de arrugas. Este efecto también tiene su aplicación en el campo de la medicina, ya que el bótox constituye uno de los mejores métodos actuales para los neurólogos.
Recientemente se ha conocido que la sanidad pública financiará los tratamientos con bótox como tratamiento preventivo de la migraña crónica. Se considera crónica cuando los episodios de migrañas (en los que los pacientes sufren largos períodos de agudos dolores de cabeza, no soportan ni la luz ni el ruido, y pueden incluso vomitar) se repiten más de 15 días. Esta dolencia afecta al 5% de mujeres entre los 40 y 50 años y a un total del 2,4% de toda la población.
Hasta la fecha la migraña no tiene cura. Esta solución no elimina las jaquecas, pero sí reduce la intensidad y frecuencia de éstas, reduciendo los días de dolor de 20 a 8.
Con la ayuda de la toxina botulítica, los neurólogos podrán reducir la prescripción de fármacos y los efectos secundarios de éstos, ganando en calidad de vida. Se calcula que este tipo de pacientes cuestan 2.679€ al año al sistema público entre medicinas y visitas al médico. Ahora, aplicando esta toxina, se recude el gasto. El método de inyección puede dar respeto pero sus beneficios valen la pena. Con una aguja muy fina, se pinchan entre 155 y 195 unidades de bótox entre 30 y 40 puntos de la cabeza siguiendo el trayecto de los nervios.
El bótox también puede ayudar a regular la incontinencia urinaria, que afecta a 1 de cada 4 mujeres. En este caso, se pincha el músculo detrusor y la paciente tiene tres meses de control de la orina. Ésto mejora mucho su calidad de vida y su autoestima. Lo mismo ocurre con el exceso de sudoración, tanto de las axilas e incluso de las palmas de las manos, que pueden convertirtse en una auténtica pesadilla para quienes les afecta.
La toxina botulínica también tiene su aplicación para eliminar temporalmente los tics y reducir el efecto “pata de gallina” en el cuello de mujeres de cierta edad debido a la tensión del músculo platisma.
En éste, y todos los casos anteriores, es fundamental que lo inyecte un profesional.
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