Los liftings deben ser personalizados. En la consulta el cirujano analizará tu rostro, tu calidad cutánea y tu estructura ósea y te comentará las posibilidades que la cirugía te ofrece.
Cada persona presenta una gran variedad de particularidades anatómicas que ocasionan diferencias en la capacidad de recuperación e influyen en el resultado final. Cada caso puede variar en cuanto a la colocación y extensión de las incisiones, las áreas de la cara que se quieran mejorar, el uso o no de técnicas complementarias como la cirugía de párpados, el aumento de pómulos, etc. o la duración de la intervención.
Actualmente, existen muchas técnicas en las que hay diferencias en la ubicación y longitud de las cicatrices. Habitualmente la incisión comienza en la zona de las sienes, en el nacimiento del pelo, se extiende dentro de las líneas naturales que existen delante de la oreja y continúa alrededor del lóbulo, detrás de la oreja y, cuero cabelludo. Dependiendo del caso, tu cirujano preferirá situar las cicatrices rodeando la patilla y la línea del pelo en las sienes, evitando que las cicatrices se introduzcan en el pelo. Cuando el cuello necesita un tratamiento especial es necesario emplear una incisión justo debajo del mentón.
El lifting consiste básicamente en tensar las capas musculares y la piel, retirando el tejido sobrante. Una vez concluido las heridas se cierran, dejando temporalmente unos pequeños drenajes bajo la piel para que no se acumule ningún exudado o sangre. Finalmente, se colocará un vendaje.
El lifting debe ser realizado en una clínica autorizada ya que se realiza con sedación o anestesia general dependiendo del caso en particular.
Su estancia en clínica dependerá del tipo de anestesia y de la extensión del lifting.